MERCADO GLOBAL DE LA FIBRA DE ALGODÓN

 Aunque en la actualidad, los procesos de producción están muy perfeccionados, la presión de la competencia, estimula a los fabricantes a buscar nuevos métodos y máquinas más eficaces para procesar el algodón. En este sentido, en un futuro inmediato, se seguirán utilizando los métodos de mezcla, cardado, estirado, mechado e hilatura.

La hilatura produce hilos para diversos productos finales; tejidos o tricotados (prendas de vestir o tejidos industriales), hilos de costura y cordonería. Se fabrican hilos de diversos diámetros y pesos diferentes por unidad de longitud. Aunque el proceso básico de fabricación de hilo no ha variado en el transcurso de los años, las velocidades de producción y la tecnología de control, han ido en aumento. Las propiedades del hilo y la calidad del procesado, están directamente relacionadas con las propiedades de las fibras de algodón.

La hilatura es la fase más costosa de la conversión de las fibras de algodón en hilo. Más del 85% del hilo del mundo se produce en máquinas continuas de hilar con anillos, diseñadas para estirar la mecha hasta lograr el tamaño deseado o número del hilo. Es de resaltar, que el grado de torsión es proporcional a la fuerza del hilo. Los productores creen que en un futuro se podrían reducir los costos de este proceso, gracias a los avances tecnológicos.

Sin embargo, los actuales precios deprimidos del algodón determinarán en gran medida las decisiones de los productores sobre la siembra, lo cual afectará a la producción de la próxima temporada. Una expansión de las medidas adoptadas debido al COVID-19 podría también afectar a las operaciones de plantación, intensivas en mano de obra.

Se prevé que el coeficiente de reservas-utilización baje a 39% en 2026, respecto a 83% del periodo base.  Igualmente se cree que el uso mundial de tierra dedicada al algodón disminuya ligeramente por debajo del promedio en el periodo base.   Luego de una fuerte disminución de las importaciones de algodón en China en 2012 y 2016, se espera que las importaciones crezcan durante el periodo de las perspectivas a cerca de 1.3 Mt en 2026.

“Si bien los incrementos en los costos de mano de obra agrícola y en la competencia por los recursos con otros cultivos agrícolas, plantean importantes limitaciones para el crecimiento, existe una mayor productividad impulsada por los avances tecnológicos, incluida una mayor adopción del algodón biotecnológico. Esto constituye, un estímulo para el aumento de la producción de algodón para la próxima década”.  Sin embargo, no quita que pueda existir incertidumbres a corto plazo en la demanda, la oferta y los precios.

Po otro lado, las perspectivas de aumento en la productividad en todo el mundo, representan otro factor de incertidumbre, la adopción de cultivos Genéticamente Modificados (GM), se relaciona con el crecimiento de los factores de productividad del algodón, en países como China, por ejemplo, lo que genera rendimientos mucho más altos.  En Estados Unidos, la adopción de cultivos GM y la erradicación del gorgojo, redujeron el costo del cultivo de algodón, y en Australia la adopción de variedades GM específicamente dirigidas a las condiciones locales de producción, han incrementado la productividad. 

No obstante, a pesar de lo positivo que representan los cultivos GM en la producción, muchos países han sido cauteloso en cuanto a su adopción.  En este sentido, aunque aún no se aplican restricciones comerciales a la fibra de algodón, a los hilados u otros productos textiles hechos con algodón transgénico, su implementación, ha sido lenta en muchos países. 

Un ejemplo reciente, es el caso de Burkina Faso, donde los agricultores se percataron de que las variedades aplicadas de cultivos GM, tenían fibras más cortas, lo que generaban ingresos más bajos, por lo que volvieron al cultivo de variedades no genéticamente modificada, lo que incorpora otro nivel de incertidumbre, respecto a la adopción de cultivos GM.  En general, el futuro crecimiento de la productividad en los países con bajos rendimientos, se determinará por su adopción de nuevas tecnologías, como la mecanización y un mayor uso de insumos.

Podemos concluir, que son varias las incertidumbres que afectan las perspectivas que analizamos, incluida la pandemia del COVID-19. Además, es poco claro cómo evolucionará el consumo per cápita de textiles de algodón en las economías en desarrollo y emergentes, en especial dada la competencia del poliéster.

Por el lado de la producción, las proyecciones son sensibles a plagas y condiciones climáticas. El cambio climático, con su impacto en la aparición de fenómenos como sequías y tormentas, constituye un factor de incertidumbre adicional en el futuro. Los temas de sostenibilidad seguirán influyendo en la demanda y la oferta futuras de algodón. Las tensiones comerciales son otra fuente de incertidumbre para los mercados de algodón.

En este contexto, podemos citar a Adriana Gregolin, coordinadora regional de +Algodón, proyecto brasileño, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ella comenta que “El algodón tiene una relación directa con el desarrollo económico, social y cultural de América Latina”.

Esto cobra importancia, en una época como esta, donde uno de los cultivos agrícolas más importantes del mundo, necesita adaptarse a las distintas crisis sociales y ambientales, no solo para que pueda continuar siendo el sustento de millones de familias, también como factor importante para la industria textil, promoviendo la sustentabilidad y la seguridad agroalimentaria.

Créditos: 

-. América Latina y la Economía Mundial del Algodón. Estudios e Informes de la CEPAL. Publicado por Las naciones Unidas.

-. Perspectivas Agrícolas 2017-2026. Publicado por ODAE-FAO

-. Centro de Comercio Internacional de las Naciones Unidas; https://www.intracen.org/

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